El pasado 27 de enero una representación de la Lugartenencia asistió, en la Catedral de Santa María la Real de Pamplona, a la ordenación y toma de posesión de Mons. Florencio Roselló Avellanas como Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela. Asistió Su Excelencia el Lugarteniente, el Presidente de la Sección del Reino de Navarra (Ilmo. Sr. D. José Ángel de Zubiaur y de Carreño, Caballero Comendador) y dos caballeros más de la Sección (el Ilmo. Sr. D. Carlos Álvarez de Furundarena y el Ilmo. Sr. D. Juan Antonio Irbici de Arin).
La Eucaristía de ordenación y toma de posesión del mercedario Florencio Roselló comenzó con el recibimiento en el atrio de la Catedral por las principales autoridades diocesanas y civiles. El Deán de la Catedral, Carlos Ayerra, ofreció el lignum crucis para su veneración y el agua bendita para que se asperjara a sí mismo y a los fieles congregados, mientras la Capilla de Música de la Catedral de Pamplona cantaba la antífona gregoriana «Sacerdos et Pontifex».
A continuación, el Arzobispo electo, junto con sus acompañantes, se dirigió a la capilla del Santísimo mientras sonaba la «Marcha para la entrada del Reyno». Después se dirigió a la sacristía para revestirse y poder dar comienzo a la celebración de la Eucaristía con la procesión de entrada.
El Cardenal Juan José Omella, Arzobispo de Barcelona, fue el consagrante principal; Mons. Francisco Pérez, Arzobispo emérito de Pamplona, y Mons. Casimiro López, Obispo de Castellón, fueron los obispos co-consagrantes.
Tras la homilía del Cardenal Omella se realizó el escrutinio, que consistió en preguntar a Mons. Roselló sobre su libertad y disponibilidad para cumplir la misión episcopal. Una vez que hubo manifestado su libertad y disponibilidad para ser Obispo, el pueblo de Dios pidió la ayuda de todos los santos. En este momento, Mons. Roselló se postró en tierra como signo de humildad y actitud de súplica ante Dios.
A continuación se llevó a cabo el rito esencial de la ordenación, con la imposición de manos, la plegaria de ordenación, la unción con el crisma, la entrega de los Evangelios, la entrega del anillo, la entrega de la mitra y la entrega del báculo.
Tras la ordenación, don Florencio tomó posesión de la diócesis de Pamplona, sentándose en la cátedra del Obispo, el lugar desde donde presidirá, instruirá y santificará al pueblo de Dios que le ha sido encomendado. Todos los obispos asistentes pasaron a darle el abrazo o beso de paz.
Tras esto, Mons. Roselló saludó al pueblo de Dios, representado en un grupo de fieles. Momentos después continuó la celebración. Una vez finalizada la Eucaristía, el nuevo Arzobispo saludó a las autoridades y a los fieles, recorriendo las naves de la Catedral, mientras
se interpretaba el Himno Pontificio. En este momento también saludó a nuestro Lugarteniente y a los otros miembros de la Sección del Reino de Navarra presentes en el acto, que tras la ceremonia compartieron el almuerzo con el nuevo Arzobispo en el refectorio de la Catedral.