El 7 de noviembre S.E. el Lugarteniente asistió a la ceremonia de beatificación del joven Joan Roig Diggle, nacido en la archidiócesis de Barcelona y martirizado por su fe el día 12 de septiembre de 1936. La Misa se celebró en la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona y fue presidida por el Arzobispo de Barcelona, el Emmo. y Rvdmo. Sr. D. Juan José Cardenal Omella Omella, y concelebrada por el Emmo. y Rvdmo. Sr. D. Lluís Martínez Sistach, Arzobispo emérito de Barcelona y Gran Prior de la Lugartenencia, y por el Excmo. y Rvdmo. Sr. Bernardito Auza, Nuncio apostólico en España. En todo momento se observaron estrictas medidas sanitarias y se cumplió con la limitación del aforo a un tercio, motivo por el cual la representación de la Orden estuvo limitada a una persona.
Joan Roig Diggle fue un joven laico que murió con 19 años a los inicios de la Guerra Civil. Nació en la Barcelona de 1917 en una familia catalano-inglesa. Su educación empezó en los Hermanos de La Salle. Para iniciar el bachillerato se trasladó a los Escolapios de la calle Diputación. Un problema económico hizo a la familia Roig Diggle trasladarse al Masnou. Su llegada al Masnou es un gran cambio para Joan Roig, puesto que entra en la Federación de Jóvenes Cristianos de Cataluña. Joan participaba en las tareas de la Federación y fue nombrado vicepresidente del Consejo Comarcal de la Federación del Maresme. Un líder nato al que en esas fechas había que eliminar a toda costa. Según uno de sus biógrafos «el único motivo por el cual lo mataron fue porque era católico». Así mismo aseguró que el joven Diggle «murió porque no tenía miedo de defender a Cristo». La noche del 11 de septiembre de 1936, unos milicianos golpearon la puerta de la casa de Joan Roig. Consciente de lo que iba a pasar sumió las Sagradas Formas como viático y se despidió de su madre en inglés diciendo: «God is with me», «Dios está conmigo». Joan Roig Diggle fue asesinado de cinco tiros dirigidos a su corazón y uno de gracia en la nuca. Las últimas palabras que salieron de sus labios fueron: «Que Dios os perdone como yo os perdono».