La tarde del día 24 de noviembre, festividad de Cristo Rey del Universo, la Sección de Aragón de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén, asistió a la Eucaristía celebrada en la ermita del Santo Sepulcros de la Villa de Tauste (Zaragoza) en acto de desagravio y reparación tras la profanación que sufrió la noche del día 14 de noviembre el templo, en el que dos personas entraron en su interior y prendieron fuego al altar y a una imagen de Jesús con la cruz a cuestas, que quedó muy dañada.
Milagrosamente la imagen del Cristo yacente no sufrió daños materiales pero esta profanación ha herido los sentimientos más profundos de todos los creyentes por lo que la Sección de Aragón quiso estar presente en este acto y elevar conjuntamente con los vecinos de Tauste y fieles del Santo Sepulcro, oraciones en reparación por lo sucedido y, como dijera Santo Tomas de Aquino, devolver a Cristo algo que ame tanto o más de lo que aborrece la ofensa.
En el transcurso de la celebración el Presidente de la Sección, Ilmo. Sr. D. Carlos de Corbera, leyó las preces que se elevaron por la paz y la concordia y el fin de los actos sacrílegos como el cometido contra la ermita del Santo Sepulcro, y contra la persecución de los cristianos y de la Iglesia.
Al finalizar la Eucaristía todos los fieles asistentes rezamos públicamente el Acto de Reparación que fuera escrito por S.S. el Papa Pío XI en 1928, junto con la Encíclica «Miserentíssimus Redemptor» y se veneró la sagrada imagen.
La presencia de los Franciscanos en Tauste desde la fundación del Convento de San Cristóbal en 1589, fomentó la devoción al Santo Sepulcro, siendo mandada construir una ermita bajo esta invocación en las inmediaciones del convento, en 1735, por el P. Fray Basilio Iturri del Roncal como lugar de penitencia para los seglares. La ermita ya sufrió una profanación en 1933, en que el templo fue incendiado y la talla del Cristo Yacente quemada y destruida. A este templo acuden el pueblo de Tauste en la madrugada del Viernes Santo a velar a Cristo en el Sepulcro, siendo una de las devociones más arraigadas en esta localidad.
ACTO DE REPARACIÓN, ALAVANZAS Y ORACIÓN
¡Oh dulcísimo Jesús, cuyo inmenso amor a los hombres muchas veces no recibe sino olvido y menosprecio. Hoy nos postramos ante tu altar, para reparar, en este acto de desagravio, las injurias con que hieren tu amantísimo Corazón.
Sabiéndonos nosotros, también culpables de nuestra frialdad ante TI, pedimos para nuestras almas tu divina misericordia y nos proponemos reparar con nuestra oración no sólo nuestros propios pecados, sino también los de aquellos que, alejados del camino de la salvación y obstinados en su infidelidad, o ignorantes de vuestro corazón misericordioso han profanado tu sagrada imagen y esta ermita del Santo Sepulcro elevada para honraros. Nosotros queremos expirar tan abominable atentado contra tu divina majestad y las execrables injurias proferidas contra Ti. Horrible sacrilegio que desprecia el Amor gratuito que tú nos has dado muriendo por nosotros en la Cruz como reparación de los pecados de todos los hombres.
¡Ojalá pudiésemos lavar los crímenes que atentan contra Ti y contra tu pueblo fiel! Más no pudiendo hacerlo por nuestros propios meritos, como reparación de las sacrílegas injurias, uniéndonos en la oración con tu Madre, María de Sancho Abarca, de San Miguel, Arcángel y de las almas buenas, te ofrecemos la satisfacción que Tú mismo ofrecisteis un día sobre la cruz al Eterno Padre y que diariamente se renueva en nuestros altares, prometiendo de todo corazón que, en cuanto nos sea posible, repararemos los pecados propios y ajenos y la indiferencia de las almas hacia tu amor, oponiendo la firmeza en la fe, la inocencia de la vida y la observancia perfecta de la ley evangélica, sobre todo de la caridad, mientras nos esforzamos además por impedir que seas injuriado y por atraer a cuantos podamos para que vayan en vuestro seguimiento.
¡Oh buen Jesús! Por intercesión de la Santísima Virgen María de Sancho Abarca, San Miguel Arcángel y de todos los Santos, te suplicamos que recibas este voluntario acto de reparación; concédenos que seamos fieles a tus mandatos hasta la muerte y otórganos el don de la perseverancia, con el cual lleguemos felizmente a la gloria, donde, en unión del Padre y del Espíritu Santo, vives reinas, por todos los siglos de los siglos. Amén
ALABANZAS DE DESAGRAVIO.
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendito sea su Preciosísima Sangre.
bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendito sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre.
ORACIÓN: Señor nuestro, Jesucristo, que as querido permanecer en el Sacramento hasta la consumación de los siglos para dar a tu Padre una gloria infinita y a nosotros el aliento de la inmortalidad; que te has expuesto a todos los ultrajes de los impíos antes de abandonar a tu Iglesia; concédenos la gracia de llorar con verdadero dolor los ultrajes y descuidos que comenten los hombres, danos celo eficaz para reparar los oprobios que has sufrido en tu sagrada imagen. Tú que vives y reinas con Dios Padre, en Unión del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.