El purpurado presidió una Celebración Eucarística en honor a Nuestra Señora Reina de Palestina, patrona de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro en Jerusalén; en la que caballeros y damas renovaron el doble compromiso de la vida cristiana, «y de los hombres y mujeres que aprecian a la Iglesia Madre de Jerusalén y que tienen la intención de apoyarla con la oración, el afecto y la generosidad».
Con la Misa presidida en la Basílica de San Pedro por el Cardenal Fernando Filoni, en honor a Nuestra Señora Reina de Palestina, patrona de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro en Jerusalén; caballeros y damas renovaron el doble compromiso de la vida cristiana «y de los hombres y mujeres que aprecian a la Iglesia Madre de Jerusalén y que tienen la intención de apoyarla con la oración, el afecto y la generosidad». La fiesta de Nuestra Señora de Palestina se celebra cada año el 25 de octubre, pero este año, debido a la emergencia sanitaria por el coronavirus, el cardenal, Gran Maestre de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro en Jerusalén, quiso reunir a los miembros de la Orden alrededor del Altar de la Cátedra de San Pedro.
Tierra Santa y el Medio Oriente
El evento fue transmitido en vivo en la página de Facebook del Gran Maestrazgo de la Orden, donde esta tarde, a las 6 p.m., tendrá lugar una conferencia de Monseñor Pierbattista Pizzaballa, administrador apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén, sobre el tema: «Tierra Santa y el Medio Oriente. Acontecimientos actuales y posibles perspectivas».
En su homilía, el Cardenal Filoni, refiriéndose a la obra de la Orden del Santo Sepulcro, señaló que «el amor a Tierra Santa se sitúa (…) en el contexto de ese amor que Dios tenía por la humanidad; un amor que se manifestó plenamente en una región, en una tierra concreta y geográficamente determinada, Palestina», y que en Palestina «Dios manifestó la plenitud de su amor en Cristo», «utilizando acontecimientos humildes, gente sencilla que aceptó colaborar de forma natural, como natural fue la cooperación de una mujer por sus capacidades generativas. La mujer tiene un nombre, María, tiene una vida, una tierra, un pueblo, una educación, una fe; tiene una familia de origen, piensa en un novio».
Virgen María «cooperadora, con José, de una historia sagrada»
Asimismo, el cardenal llamó a la Virgen María «cooperadora, con José, de una historia sagrada». «No sólo hay una tierra sagrada, también hay una historia que se vuelve sagrada, porque Dios interviene en ella, irrumpe silenciosamente en ella -explicó- la vida de María con José será una vida como muchas otras, común a muchas familias, pero también única por la presencia de Jesús y por la misión redentora que el Padre le confió».
Por otra parte, el purpurado recordó que en Palestina también comenzó la Iglesia, de modo que, junto con el nacimiento de Jesús, esa tierra «vio dos acontecimientos que están en el comienzo de la historia de la salvación y de la Iglesia». El título de «Reina de Palestina» referido a María, precisó entonces el cardenal Filoni, «tiene su origen en la misión en sí misma con referencia a Dios; un título que por extensión va más allá de Palestina y se extiende a la Iglesia y al mundo».
A Ella le pedimos el don de la paz para el mundo
Finalmente el cardenal dirigió una oración a la Virgen: «A Ella, que se entrega al mundo y a la Iglesia y con la Iglesia de manera siempre nueva a través de la historia y las culturas, le pedimos el don de la paz para el mundo y en particular para la Tierra (…) le pedimos su protección materna sobre la Iglesia para que siga siendo el «Cuerpo de Jesús» generado espiritualmente por Ella, fiel a la misión que le ha confiado su Hijo».