El domingo 23 de febrero la Real Colegiata del Santo Sepulcro de Calatayud, Casa Madre de la Orden en España, ha vivido un acontecimiento histórico y de especial importancia: la Dedicación de la Iglesia; un rito litúrgico que solo se celebra una vez en la vida de cada iglesia.
En el caso de este templo, solamente fue bendecida, el 9 de noviembre de 1614, por el entonces Prior Juan Palafox y así, con una serie de signos sencillos (agua, incienso, crisma, luz) quedó dedicada la Real Colegiata, como un paralelismo con el bautismo.
El Obispo de Tarazona D. Eusebio Hernández Solá, miembro de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro y Prior de la Sección de Aragón presidió esta singular celebración, acompañado de una representación de Caballeros y Damas de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén, en representación de la Lugartenencia de España Oriental.
El templo ha cumplido recientemente el cuarto centenario de su construcción y desde la Colegiata se ha solicitado a la Santa Sede el título de Basílica Menor para este templo tan significativo para la Orden del Santo Sepulcro.
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